La mayoría os preguntaréis quiénes son estos tipos, bueno, Chris Cornell ha sido uno de los mejores cantantes de Hard Rock de la historia y estuvo en grupos como Soundgarden o Audioslave y Chester Bennington era el cantante del grupo archiconocido de New Metal Linkin Park.
Los dos se suicidaron de la misma forma, se colgaron
una cuerda al cuello y se ahorcaron. Mantenían una gran amistad, tanto es así
que Bennington se quitó la vida el día que Chris Cornell iba a cumplir 53 años,
Cornell se suicidó antes que Chester.
Me impactaron las dos muertes, como seguidor del
Hard Rock que soy desde toda la vida he crecido escuchando los temas de
Soundgarden y Linkin Park como si fueran himnos para mi, de hecho, todavía les
escucho preguntándome por qué lo hicieron, tenían fama, dinero, familias, no sé
qué se les paso por la mente para hacerlo, la verdad.
El tema del suicidio es muy complejo y se lleva la
vida de centenares de personas en todos los países, creo que en España ya es la
segunda causa de muerte adelantando a los accidentes de tráfico. Muchísima
gente no ve una salida o la luz al final del túnel y deciden marcharse de este
mundo, dejando atrás familias y amigos que cargan con la tristeza de un suceso
que siempre se piensa se pudo evitar de alguna manera.
Pero el caso concreto de estos dos cantantes me
llama poderosamente la atención, en principio, me dejó frio, impactado,
desorientado, dos de mis referentes musicales morían con pocos meses de
diferencia entre ellos. ¿Por qué lo hicieron? Chester Bennington ya había
reconocido que sufrió abusos sexuales cuando era pequeño, pero no encuentro una
explicación coherente a su muerte.
No querían seguir en la rueda de la vida, no dieron
explicaciones, que yo sepa no dejaron notas de suicidio ninguno de los dos, así
por lo menos podría entenderlo un poco mejor, se fueron envueltos en un halo de
misterio que es casi imposible de descifrar.
Nunca más podré disfrutar de canciones nuevas de
ambos, nunca más podré ir a un concierto suyo y siempre que escucho su música
siento una especie de vacio extraño, algo que no llego a comprender, como si me
hubieran fallado, algo parecido.
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