viernes, 8 de octubre de 2021

El escándalo del Rey emérito

 Mucho se está escribiendo sobre la corrupción que merodea a la monarquía española, empezó con el caso Urdangarín y ahora le sigue la corrupción de Don Juan Carlos I por cohecho, tráfico de influencias, blanqueo y delitos fiscales.

Parece, por las últimas informaciones, que la fiscalía no va a presentar querella criminal en el Tribunal Supremo por prescripción de los delitos y por la inviolabilidad de la figura del monarca. Se sale de rositas por el uso de tarjetas black, por tener dinero en paraíso fiscales y por recibir un estipendio por el contrato del AVE a la Meca.

Bueno, ya que no hay denuncia, no hay delito y no se puede hablar de corrupción ni de que el Rey Emérito haya hecho nada fuera de lo legal, ¿increíble, no? Presunción de inocencia por delante Don Juan Carlos I es un ciudadano con un comportamiento intachable.

La Constitución, en su artículo 14, recoge que todos los españoles son iguales ante la ley, bueno, todos no, el monarca no lo es. Y mira que era campechano y que ha sido un referente en la transición de la dictadura a la democracia, él solo se ha metido en un jardín del que le va a ser muy difícil salir.

La figura de su amante Corina Larsen, a la que todos sabemos que el monarca quería regalarle los famosos 65 millones de euros, ha sido clave para destapar la vida oculta que llevaba Juan Carlos I, que por Navidades nos pedía ejemplaridad y esfuerzo mientras el disfrutaba de las mieles del derecho de nacimiento, por cierto, a ver si cambian la ley y puede heredar una mujer el título de Reina de España.

A mí, personalmente, con todo esto que está pasando, se me ha quedado cara de tonto, que si el rey Felipe renuncia a la herencia de su padre, Urdangarín en un módulo especial en una cárcel de mujeres, Corina destapando el escándalo mientras el rey se iba de España a Arabia Saudí, vamos, un vodevil.

Lo que es impepinable es que seguimos siendo una Monarquía Parlamentaria y que esa ha sido la fórmula para la estabilidad y crecimiento en los últimos 40 años. La pregunta es queremos mantener el sistema actual o preferimos cambiarlo, a una República, no se me ocurre otro.

Yo creo que se debería elegir al jefe del Estado y evitar los derechos de sucesión, pero de momento, esto no está en el debate, aunque haya partidos que claramente se posicionan a favor de la República y otros que no se posicionan tan abiertamente pero desean la continuidad de la Monarquía Parlamentaria.

El escándalo y el debate están ahí, si tenéis una opinión y queréis compartirla me parecería fantástico, poner un comentario en facebook o aquí en el blog, gracias por leerme, un abrazo.

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