No está siendo fácil sobrellevar esta pandemia, lo primero es dar las gracias porque nadie de mi familia ha fallecido a causa del covid-19 y espero que esto no suceda. Pero hay que pensar un momento en los más desfavorecidos, aquellos que sí han perdido familiares en esta locura que se ha instalado con el pseudónimo de nueva normalidad.
Para ellos, no son números vacíos dichos en
cualquier telediario, son padres, madres, abuelas, partes de si mismos que han
visto como han sido arrancados de su lado de la forma más cruel y atroz, sin
poder visitarles en sus últimos momentos y sin poder velarles para poder darles
una despedida en condiciones.
Los sanitarios se han convertido en la primera fila
en la guerra contra el virus y están pagando un alto precio, muchos de ellos se
han contagiado y si vivían en familia habrán contagiado a sus allegados, ellos
son los verdaderos héroes en esta onírica realidad que estamos viviendo.
Mucha gente se la está jugando en esta pandemia,
durante el confinamiento el ejército, la policía, los dependientes y cajeras de
mercados y supermercados, los transportistas…, y después del confinamiento
cualquiera que tenga que trabajar fuera de casa, cogiendo el metro o los
autobuses, una autentica pesadilla, la gente depende de sus sueldos para poder
vivir.
Ha habido sectores económicos que se han visto muy
perjudicados, durante el confinamiento todos menos los esenciales y después del
confinamiento, el turismo, la industria del espectáculo, la hostelería y muchos
otros. Han despedido a mucha gente, los autónomos no llegan a final de mes,
muchos negocios han echado el cierre, un estado de emergencia con todas sus
letras.
La mayoría de la gente está aguantando de forma
modélica, quitando a los que aprovechan para irse de fiesta y a unos cientos de
tarados negacionistas, me sorprende que no haya habido disturbios graves y
esperemos que la cosa siga así.
Tenía intención de escribir una entrada un poco más
lírica pero no me sale el arte al hablar de los tiempos que estamos viviendo,
la esperanza, la vacunas que ya se están administrando a la población de alto
riesgo con el horizonte de vacunar al 70% de la población para junio, no creo
que lleguemos pero ojalá que sea así.
Podría abrumaros con los números de la pandemia pero
ya sabemos todos cual ha sido su alcance, por el camino han sucumbido los sueños
de muchas personas, se han quebrado familias, hemos vivido a golpe de
videollamada con un oído puesto en las noticias que han sido y son casi insoportables.
Es la guerra de nuestra generación, la que nos ha
tocado, han repetido las autoridades día tras día, sobre todo al principio, se
podría haber hecho mejor, estoy seguro de que sí, pero ya vemos como la segunda
y tercera ola está golpeando con fuerza a aquellos países que lo habían hecho
mejor durante la primera.
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